martes, 4 de junio de 2013

ESCUDO FELINO

Ya eran casi las dos de la madrugada y hacía media hora que habíamos apagado la tele del dormitorio, pero estábamos aún despiertas cuando de pronto escuchamos un ruido en el comedor. Sin duda había algo moviéndose por ahí.

-¿Has oído eso?.-estábamos totalmente a oscuras y no vi su cara, pero escuchar a mi hermana tan asustada me hizo gracia.


-Joder, no te cagues, será la gata.
-No, la gata está aquí.
-¿Qué dices?.
-Que sí, que está aquí al lado de mi cama.

Confieso que no me gustó escuchar aquello, pero aún así procuré mantener la calma. Después de todo soy la hermana mayor y no es plan de ponerse histéricas por un ruidito nocturno. Por desgracia segundos después volvió a escucharse más fuerte todavía y ahí mi valor se fue al carajo.


Después de aquello estuvimos un rato sin hablar y aunque me gustaría decir que fue para intentar quedarnos dormidas sin duda no queríamos hacer ruido por si lo que estuviera ahí fuera podía oírnos. Lamentablemente al cabo de los minutos ocurrió lo que ocurre siempre que estás demasiado rato despierta en una cama. Que te entran ganas de mear.


-Tengo ganas de hacer pis.-susurró finalmente mi hermana.
-Y yo.
-¿Vamos las dos?.
-Vale... pero coge a la gata.

Así, con la gata flipando en brazos de mi hermana atravesamos el pasillo y nos la fuimos turnando para no quedarnos solas mientras que la otra estaba en el váter.

No volvió a sonar ruido alguno, pero no os hacéis una idea de la seguridad que da tener una gata como escudo felino.


¿Me habría ayudado Zoey de haber sido atacada por un espíritu maligno?. Seguramente no, pero si me van a arrastrar al infierno la puta gata se viene conmigo.